jueves, 30 de septiembre de 2010

eN breVE



El poder de tu palabra (Reflexión)

¿Cuantos sabemos el poder que tienen las cosas que decimos?
Esto es tan importante que no sabemos qué valor tiene en nuestras vidas y con qué fin Dios nos lo dio.
Santiago 3;9-12 dice “con ella bendecimos al señor y padre y con ella maldecimos a los hombres, que han sido creados a la semejanza de Dios. De la misma boca sale bendición y maldición. No puede ser hermanos míos que estas cosas sean así. ¿Será posible que de un manantial brote agua dulce y amarga por la misma abertura? ¿Puede la higuera producir aceitunas o la vid hijos? Tampoco de una fuente de agua salada brota agua dulce”

Después de leer esto, podemos ver que debemos cuidar lo que decimos y reconocer que si somos hechura de Dios y sus hijos, debemos entonces aprender a bendecir con lo que tenemos como lo es la palabra.
Amigo una palabra puede cambiar el día a una persona o puede llevarlo a la muerte. No todo lo que sale de nuestra boca edifica, pero ESTA en nosotros usar nuestras palabras para bendición para nuestros hijos, hermanos, esposos, padres, familia, amigos o creyentes. Cuando Dios decidió crearnos nos hizo a su imagen y semejanza y dijo en Gen. 3;22 “He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal”, eso nos dice que él nos formo y nos conoce, sabe que somos conscientes de lo que hacemos.
Cuando nos levantamos y recibimos un gesto, una palabra de amor, de aliento de vida de nuestros padres, hijos, etc. Pues se dibuja una sonrisa en nuestros rostros y todo por UNA PALABRA.

La palabra tiene poder de crear, de actuar, de traspasar cualquier frontera del pensamiento de alguna persona, renovar su espíritu, cambia el rumbo de alguien, enriquece el espíritu de alguien, entre muchas otras cosas. Y es que Dios cuando creo los cielos y la tierra (Gen.1;2) dijo sea la luz y fue la luz, fue con su palabra que nos hizo saber el impacto que tienen sobre nuestros ambiente y lo que nos rodea, pues al hablar lo que no era, FUE.
Yo recuerdo que antes de llegar al señor era una persona amargada y carecía de muchas cosas a nivel espiritual, y cuando mi hermanita o mi hermano venían a hacerme un gesto de cariño a acostarse en mis piernas mientras yo estaba en el mueble de la casa, les salía siempre con un desaire, y con palabras desalentadoras como “que fastidio eres” “déjame en paz”, en fin todo ello hizo en un momento que el cariño de mis hermanos se alejara de mi.

Hoy día puedo decirlo porque Dios me hizo ver y me di cuenta el impacto que tiene lo que dicen mis palabras y pude retomar ello, pedirles perdón por herirlos en un pasado, y hoy lleno sus vidas con palabras dulces y de amor, alentadoras y diciéndoles lo mucho que los amo y los extraño cuando no están junto a mí. Fíjate que nuestras palabras querido amigo pueden unir o dividir.
En su palabra el señor nos exhorta a alentar a otros y a amar a nuestro prójimo, por tanto evaluemos lo que sale de nuestras bocas y tomemos en cuenta que muchas veces Dios nos envía personas de la nada para alentarlos, escucharlos, darles palabras de vida, y cambiar sus rostros, demostrarles que hay un Dios que vive en nosotros, que nos cuida y está presente en cada detalle, que confiemos en el potencial de esas personas.

Creo fielmente que mi hermano tiene un don escondido en su armario y que quizás sea yo quien pueda con mis palabras abrirle las puertas y llevarle al camino del éxito por lo que día a día dios deposita en mi vida.
Edifiquemos con nuestras palabras un mundo mejor.. para el cual dios nos creo.
Los amo hermanitos!!!
Dios te bendiga siempre..
Jenny Piña